“Hace cinco años y 4 meses sufrí la lesión medular completa a nivel de D4, desde la dorsal 4 no tengo ni movilidad ni sensibilidad hacia abajo, tengo paraplejia alta y necesito silla de ruedas para todas las actividades de mi día a día”. Fue algo inesperado, sobrevino como consecuencia de una intervención quirúrgica en la que un coágulo de sangre fue a parar a la médula, oprimiéndola y provocando una paraplejia... pero Lara lo relata con una gran serenidad, porque le cambió la vida, por supuesto, “pero soy feliz, totalmente independiente, puedes hacer todo lo que deseas, aprendes a vivir en silla, incluso me siento mucho más independiente que personas que pueden andar, en todos los niveles”.

 

“Me ocurrió con 30 años y cuando tenía la vida prácticamente resuelta”. Había logrado una plaza de maestra en Valencia, un trabajo que le encantaba, y vivía en una casa nueva en su pueblo, con su pareja. “La vida te cambia por completo; Al principio es muy difícil porque afecta a todos los ámbitos de tu vida, eres muy dependiente y, aunque puede ser que cause miedo, en mi caso lo acepté muy bien, no tuve miedo en ningún momento porque no pensé en más allá de lo que era mi día a día y que fueran surgiendo las cosas”.

 

Para su pareja, la lesión fue un golpe demasiado fuerte y no lo pudo aceptar. La relación terminó. Lara, sin embargo, continuó con la vida, de otra forma, pero siempre adelante. Tuvo que pasar siete meses en el hospital, con todo lo que eso conlleva. “Lo más importante en ese momento para mí era mi independencia, siempre he querido mucho a mi familia, pero he sido muy independiente y eso es lo que quería, y poco a poco lo vas consiguiendo, TODO, y con creces, la vida al final es aprender a vivir de nuevo, las cosas son de diferente manera, puede que te cueste un poco más ir al baño, ducharte, vestirte, lo cotidiano, pero lo haces sola, lo mejoras con el tiempo e incluso lo haces más rápido de lo que hubieras imaginado”. 

 

Cuenta que le gustaba mucho bailar y que tocaba el saxo en una banda de música, pero con la lesión “todos eso desaparece, es un golpe duro, pero empiezas a ver la vida de otra forma, y cuando ves que puedes, y puedes, y puedes lograr muchas cosas, sigues adelante”.

 

 

Lara dejó de trabajar tras la lesión: “Cuando me quedé en silla de ruedas pedí gran invalidez y ahora cobro una pensión”. Asegura que “cuando tienes una fase aguda es imposible trabajar”. Sin embargo, afirma con rotundidad: “Ya me siento preparada para volver al mundo laboral y no descarto buscar trabajo a corto y medio plazo”. Explica que no puede trabajar de maestra al tener la gran invalidez y que con la pensión no necesita trabajar, “pero a nivel mental o psicológico me apetece volver al mundo laboral, aunque sea en algo diferente, siempre hay cosas nuevas que hacer y que aprender”.

 

Mientras, sigue con su rutina diaria, que consiste en hacer una serie de tareas que la ayudan a estar en forma y fortalecerse. “En una lesión medular es muy importante mantenerse en forma en todos los niveles”, por eso cada día hace ejercicios, cada semana acude al fisioterapeuta, dos días a la semana practica natación y otros deportes, como tenis y padel, y “diariamente intento bipedestar, que es ponerse de pie, cargar las extremidades inferiores, porque pasamos muchas horas sentados y tenemos que mejorar la circulación, mejorar la función de la vejiga, el sistema digestivo, fortalecer los huesos, prevenir úlceras, reducir espasticidad... eso es muy importante, pero me cuesta y suelo dejarlo para última hora del día”. 

 

Además, entre sus rutinas diarias apunta los paseos con su perrita, el cuidado de su hogar (¡con toda la faena que supone eso!, exclama Lara) y, por supuesto, quedar con amigas y tomar algo: “Si puede ser de fiesta, pues de fiesta, y estar con la familia, que también me encanta”. Se define como una mujer activa e independiente y añade que también le gusta conducir y viajar.

 

 

Desde hace tiempo también asume una nueva tarea que viene de la mano de Aspaym Comunidad Valenciana. Pero todo empezó en el hospital, cuando Lara pasó tantos meses ingresada tras su lesión medular: “Pepe Balaguer, ex presidente de Aspaym CV, nos visitaba en el hospital y explicaba lo que era la asociación y nos decía que hay más vida más allá de la silla de ruedas, que se puede hacer de todo... Venían a menudo a animarme y agradezco mucho, muchísimo, ser socia de Aspaym, para mí es una familia, son amigos, una parte importante de la vida”.

 

Lara agradece cada aprendizaje de esa dura etapa, tanto de los compañeros veteranos en silla como de los trabajadores de terapia ocupacional, o la trabajadora social... “Creen mucho en ti y, cuando vas tan mal al principio, te dicen que vas a poder, me lo decían, que creían en mí y que me iba a comer el mundo y así es, la vida no se termina ahí, ves que puedes más”. Lara se detiene un instante y parece que hace un esfuerzo de memoria, entonces asegura, algo extrañada, que “al principio estás tan aguda que no lo ves, pero ahora mismo pienso en esas cosas y tenían razón, porque lo he superado todo poco a poco y con creces, y no solo la lesión, me han pasado cosas después peores y he ido superándolo; la vida trata de esto, ¿no?, de caer y levantarse”. 

 

Cuando la junta directiva antigua empezó a dejar sus cargos, el actual presidente de Aspaym CV, Paco Florentino, creó su grupo y contó con Lara como secretaria: “Lo agradecí y acepté el cargo, e intento hacer lo que puedo, porque ellos han confiado tanto en mí que voy a aportar todo lo que pueda por mi parte”. Agradece al sector de la discapacidad todo el trabajo realizado en tantos años: “Por suerte he empezado en este mundo de la discapacidad cuando ya hay mucho trabajo hecho, por suerte existen las handbike (ese motor que acoplado en la silla de ruedas les permite deslizarse con más rapidez y menor esfuerzo), hay mucho camino ya recorrido, hay mucho trabajo hecho en teatros, cines, bares, pero aún falta más, hay que seguir luchando por mí misma y por los que vienen detrás, igual que yo he tenido ahora tantas cosas, hay que continuar también derribando las barreras que la sociedad pone, el desconocimiento de la sociedad”. 

 

Entonces, mientras decide si volver al mundo laboral, Lara continúa con sus rutinas y cuidando su hogar, pero también con lo que puede aportar en Aspaym CV, con charlas en colegios sobre seguridad vial o de superación personal, con gincanas para jóvenes que aprenden lo que es una silla de ruedas y preguntan si duerme también sobre esa silla (risas)... Dice Lara que es muy importante que desde pequeños se vea y se conozca la discapacidad, porque los niños “ven que es natural, no ven diferencias”. Y así disfruta también de su profesión, su vocación como maestra.